En la actualidad, muchas personas tienen todavía dificultades para imaginar que una residencia puede llegar a ser considerada, tanto por las personas atendidas como por sus familias, como una auténtica casa. En la Residencia y Centro de Día Sant Andreu, nos esforzamos para que, con el paso del tiempo, todas las personas experimenten ese sentimiento de pertenencia, como si estuvieran en su casa.
Esta conexión emocional es posible gracias a la importancia que le damos a las historias de vida de cada persona. Comprender estas historias nos ayuda a acercarnos más a las personas y ofrecer una atención más centrada en sus necesidades. En el contexto de las personas mayores y dependencia, uno de los instrumentos fundamentales que utilizamos es lo que llamamos “libro de la memoria”.
Este libro, en forma de relato, recoge las diferentes etapas de la vida de cada persona (niñez, juventud, madurez y actualidad) y permite documentar los momentos más significativos que han vivido, como el lugar en el que han vivido, los nacimientos de sus hijos, su boda, y los nietos, entre otros. Como bien dijo Freud: «Nada de lo que hemos vivido a lo largo de nuestra vida se pierde. Recordarlo (lo que fuimos) es reencontrarnos con nosotros mismos.»
Además, el libro de la memoria también incluye la rutina diaria de la persona (horarios de despertar, comidas, actividades habituales) y sus preferencias (objetos personales que quiere tener en la habitación, como le gusta que la despierten, momentos para la ducha, actividades de ocio, hora de acostarse, etc.)
Cuando una persona se muda al centro, este libro es esencial. Por un lado, permite a los profesionales conocer más a fondo a la persona que entra a vivir con nosotros. Por otra parte, sirve como guía en momentos en los que la salud de la persona puede impedirle expresar sus deseos y preferencias. Así, podemos ofrecer un acompañamiento más personalizado, teniendo en cuenta todo lo importante para ella.
Hace unos meses, realizamos una actividad significativa tanto para las personas atendidas como para los profesionales, relacionada directamente con sus historias de vida. Se trata del proyecto de VOLUNTARIADO INTERGENERACIONAL, en colaboración con los alumnos de IFE de la Fundación AMPANS. Hemos realizado cinco sesiones de actividad, en las que se han creado espacios de conversación entre las personas atendidas y los alumnos. Estas conversaciones han permitido a los alumnos recopilar vivencias y momentos memorables de cada persona facilitando la creación de sus cajas de vida. Cada participante ha elaborado una caja personal, en la que ha guardado objetos y fotografías importantes para ella.
Como dice Sánchez (2000): “Somos lo que recordamos y cómo lo recordamos.” Gracias a recursos y actividades como ésta, los profesionales disponen de toda la información relevante para atender y acompañar a las personas que viven en nuestro país. Así, podemos continuar su proyecto de vida y fomentar el sentimiento de pertenencia a la Residencia Sant Andreu, «como en su casa».
Berta Ponsa, directora de la Residencia y Centro de Día Sant Andreu