La estimulación cognitiva es, desde hace tiempo, uno de los principales tratamientos de las terapias no farmacológicas para trabajar los déficits cognitivos en enfermedades neurodegenerativas (demencias, Parkinson, esclerosis múltiple…) y en el daño cerebral adquirido (ictus, TCE…).
Tradicionalmente, gran parte de estas terapias se han llevado a cabo con lápiz y papel, pero el gran avance tecnológico de los últimos años ha dado lugar a la aplicación de las nuevas tecnologías en el ámbito de la neurorehabilitación y la intervención en demencias. La aplicación de las tecnologías en la estimulación y la rehabilitación cognitiva tiene múltiples ventajas y dos grandes objetivos: mejorar la autonomía y la funcionalidad, y estimular funciones superiores.
En Sant Andreu Salut hacemos sesiones de estimulación cognitiva a través de una tableta con el Software NeuronUP. Unas sesiones planificadas previamente por la terapeuta ocupacional, teniendo en cuenta el perfil cognitivo de cada usuario.
«La tableta y el programa no sirven como único tratamiento. Son un complemento. Se realiza una valoración inicial cognitiva y funcional y, a partir de ahí, se detectan qué áreas se trabajarán, seleccionando las actividades que nos da el programa. En el momento del alta, se revaloriza la situación y se comprueba la consecución de los objetivos», explica Imma Ficapal, terapeuta ocupacional y logopeda de Sant Andreu Salut.
«Me ayuda mucho»
, asegura Antoni Duran, uno de los pacientes con afasia secundaria a un ictus, que usa la tableta y el programa NeuronUP.
«Al principio no hablaba nada. Ahora me cuesta pero me hago entender»
, añade después de ocho meses de tratamiento por un daño cerebral adquirido.
«Cuando el Toni llegó en octubre comprendía lo que le decíamos, pero era incapaz de expresarse», apunta elImma, que detalla el tratamiento: «Hay una parte oral. Pero el lenguaje también está formado por lectoescritura. Con la tableta, por ejemplo, hacemos ejercicios de leer y asociar imágenes, construir palabras con letras desordenadas o construir frases».
El programa NeuronUP permite crear sesiones individuales adaptadas a cada paciente para trabajar diferentes aspectos (las funciones cognitivas, como atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, gnosis, praxis, habilidades visoespaciales y cognición social) o áreas de empleo (actividades básicas de la vida diaria, actividades instrumentales de la vida diaria, educación, trabajo, ocio y participación social).
«En la unidad de psicogeriatría se utilizan con personas que presentan un deterioro cognitivo leve hasta un moderado»
detalla Cristina Reche, terapeuta ocupacional de San Andrés Salud.
«Es un recurso que nos va muy bien, tenemos usuarios con más de 80 años, que nunca habían utilizado tabletas y les gusta. En este caso, es una herramienta más de la que podemos disponer al servicio aparte de las clásicas fichas y de los talleres orales»
.
Para empezar, permite al usuario un aprendizaje dinámico porque se utiliza de manera intuitiva.
«A veces tenemos gente que nos dice que no sabe escribir y con la tableta no hace falta»
, elogia el Imma.
«Hay programas para usar con un ordenador, pero si no lo han usado nunca, es complicado. En cambio, ante la mesita, les sale apretar. En muchos casos, también se aprovecha para trabajar la motricidad fina y coordinación oculo-manual»
. Las sesiones se realizan con la supervisión del profesional para asegurarnos de una buena utilización y manejo del dispositivo y actividades y si es necesario ayudarle o resolver dudas.
Otro de los puntos a favor, como explica Cristina, es que
«tenemos un refuerzo positivo al momento»
. El usuario sabe por el momento si lo ha hecho bien o no. La tableta le proporciona feedback tanto auditivo como visual, lo que favorece el interés y la motivación, haciendo la tarea más atractiva y amena.
Además, ayuda a los profesionales en la innovación y la creación de material nuevo para el trabajo directo con el usuario: «El programa también te permite crear fichas para imprimir. Nos ahorra tiempo. Nos permite cambiar diseño e imágenes. Por ejemplo, nos ayuda a crear una sopa de letras con las palabras que deben buscar. Eso nos agiliza mucho el trabajo».
Y también permite graduar el tiempo, el número de estímulos y diferentes parámetros en función de las necesidades o de las capacidades de cada usuario, pudiendo ampliar el abanico de participantes con diferentes niveles cognitivos. Además, el profesional puede controlar la evolución del rendimiento cognitivo del usuario (errores, velocidad…).
Y no descartan que pronto permita un trabajo remoto.
«El usuario lo podrá hacer desde el domicilio»
, explica el Imma.
«Solo le tendremos que crear un programa de actividades y luego recibiríamos el feedback para ver resultados y si lo hace con la regularidad pautada»
.
«Hace 10 años, nadie usaba una tableta. Ahora puedes ver gente en las habitaciones con el móvil, usando aplicaciones. Por lo tanto, ya no espanta tanto usar una tableta. Hay que aprovechar las nuevas tecnologías, no solo por el ocio y las relaciones, sino también para realizar tratamientos. La forma de intervenir debe ir hacia las nuevas tecnologías», concluye.
