En Sant Andreu Salut hace tiempo que trabajamos para poder ofrecer un apoyo integral de los cuidados paliativos y el final de vida, tanto para las personas atendidas como para sus familias. Ofrecemos servicio en la unidad de cuidados paliativos del Hospital de Sant Andreu y también en los domicilios. Además, estamos trabajando para hacer realidad un proyecto pionero en Cataluña con un nuevo espacio para la atención de los cuidados paliativos, el fin de vida y el proceso de duelo. Pretende ser un cambio de modelo asistencial en la atención paliativa para mejorar la calidad de vida, el confort y el bienestar de la persona atendida y su familia. Por todo ello, con motivo del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, entrevistamos a Íñigo Berrio, profesional de Sant Andreu Salut, que ha iniciado un proyecto de musicoterapia para personas atendidas en la unidad de cuidados paliativos del Hospital de Sant Andreu y en los domicilios atendidos por el equipo de PADES. Un proyecto puesto en marcha gracias también a una subvención de la Fundación «La Caixa», que asume parte del cuerpo.
¿En qué consiste el proyecto y cómo se integra la musicoterapia en los cuidados paliativos?
El proyecto acerca la musicoterapia al ámbito hospitalario y domiciliario, con el objetivo de apoyar a las personas atendidas, familiares y cuidadores. La esencia es ofrecer un espacio en el que atender necesidades emocionales, sociales y espirituales, haciéndolo desde la parte sana de la persona, no desde la enfermedad. Invito a las personas a conectar con su luz, para estar más preparadas cuando llegue el momento final.
¿Cómo empezaste a implicarte en este tipo de proyectos?
Siempre he tenido muy presente el cuidado de las personas. Vengo de una familia en la que cuidar la vulnerabilidad ha sido un valor esencial. Además, la música me ha acompañado desde pequeño. Personalmente, viví una experiencia de hospitalización a los 13 años que me marcó profundamente. Allí experimenté el potencial sanador de espacios que permiten conectar con algo más allá de la enfermedad. Este proyecto me permite ofrecer un espacio similar a otras personas.
¿Qué efectos emocionales has observado que tiene la musicoterapia en cuidados paliativos?
Los efectos emocionales pueden ser profundos. La musicoterapia ofrece un espacio seguro en el que las personas pueden explorar y expresar emociones sin ser juzgadas. La música refleja las realidades psicológicas internas y permite canalizar las emociones de forma sana. Es una forma de equilibrar el mundo emocional.
Y en el ámbito físico, ¿qué beneficios tiene la musicoterapia, especialmente en el manejo del dolor?
Cuando la mente se concentra en la música, se puede llegar a un estado en el que la persona deja de conectarse con la enfermedad o el dolor. Es como si desaparecieran por un momento, lo que ofrece alivio. Esto nos recuerda que somos capaces de comprender y abrazar el dolor cuando reaparece.
¿Qué efecto tiene la musicoterapia las familias y cuidadores?
La musicoterapia no sólo impacta a la persona atendida, sino que también afecta a todo su entorno. Las emociones de los familiares están bloqueadas a menudo y no se expresan eficientemente. Atender a estas personas es esencial para que el proceso de fin de vida sea menos resistente y más equilibrado.
¿Cuáles son los principales retos en este tipo de proyectos?
El desconocimiento de la musicoterapia es un reto. La música puede sanar, pero en muchas ocasiones el proceso llega cuando la situación está muy avanzada, con familias encerradas en el miedo y la desorientación. Y los espacios hospitalarios no siempre son adecuados para crear un ambiente de calma y serenidad, que es precisamente lo que necesitan las personas en fase paliativa.
¿Existe alguna experiencia que te haya impactado especialmente?
Recuerdo un caso en el que, después de cada sesión, mejoraban las constantes vitales y la percepción del dolor. También fui testigo de cómo la relación entre una persona atendida y su hijo mejoró, pasando de una falta de comunicación a un espacio de sinceridad. Estas transformaciones son frecuentes gracias a la música.
¿Crees que la musicoterapia debería tener un papel más destacado en los cuidados paliativos?
Sí, creo que la musicoterapia debería estar completamente integrada en los cuidados paliativos, como ya lo está en países como Canadá o Alemania. El arte es un agente sanador, y estoy seguro de que cada vez más la sociedad así lo entenderá.
¿Qué consejo darías a otros profesionales que quieran empezar a trabajar en este ámbito?
Parar, escuchar y salir de la zona de confort. Debemos atrevernos a experimentar nuestras virtudes para ofrecer una atención de calidad, coherente con nosotros mismos. Esto hace que las instituciones tengan profesionales motivados y en crecimiento constante.
