La Residencia Sant Andreu está volviendo a realizar los talleres de musicoterapia con el objetivo de convertir la música en un espacio de encuentro, socialización y satisfacción personal. Una actividad que llevamos a cabo cada viernes.
Un proyecto, a cargo de la pedagoga y musicoterapeuta Mercè Redorta Domènech, que busca hacer de la música una manera de mejorar la calidad de vida de las personas mayores, contribuyendo al mantenimiento y la mejora de las habilidades físicas-motrices, cognitivas, sociales y emocionales.
Los talleres son semanales, durarán 45 minutos y a nivel grupo se desarrollan diferentes técnicas de musicoterapia, como canto, audición musical, juegos musicales, improvisación, composición, interpretación musical, percusión corporal y danza. Y los participantes tienen un seguimiento semanal con un registro de sus respuestas para determinar el progreso en relación a los objetivos propuestos.
El aspecto lúdico y terapéutico de la musicoterapia aporta una mejora a nivel personal y favorece la socialización y la comunicación de las personas. Por lo tanto, la musicoterapia tanto tiene una aplicación para aquellas personas mayores que sufren una demencia o algún otro tipo de deterioro físico o mental, o bien contribuir al envejecimiento activo de las personas.
La música es un activador de las funciones cerebrales relacionadas con el ritmo, elemento musical muy relacionado con las funciones motrices e inherente a ésta. La música estimula y facilita el movimiento.
También es una herramienta muy potente para la estimulación de las funciones cognitivas como son la memoria, la atención, el lenguaje, y la orientación. Además, ayuda a tener un sentimiento de éxito y afecta positivamente en la disminución de emociones negativas.
La música también favorece la interacción, socialización y comunicación, así como la aparición de más muestras de conductas sociales: sonrisas, contacto ocular, contacto físico y expresividad.
Además, permite abordar algunos objetivos específicos, que varían según las necesidades individuales o de grupo: retrasar el deterioro; recuperar las funciones perdidas o mantenerlas; conservar la autonomía en las actividades de la vida diaria; trabajar la atención y la memoria; interaccionar verbal y no verbalmente con los demás; y reducción de la apatía, la ansiedad y la agitación.