La disfagia un trastorno que debe visibilizarse

Hoy, 12 de diciembre, se celebra el Día Mundial de la Disfagia. Se trata de la alteración en la deglución de los elementos líquidos y/o sólidos; es decir, es la dificultad para empastar, ya sea los líquidos (incluyendo la saliva) o los sólidos como la comida o las pastillas. Es un trastorno muy común en el ámbito de la geriatría, ya que puede darse como un signo más del envejecimiento, donde hablaríamos de presbifagia, o de una consecuencia de enfermedades neurológicas (ictus, Alzheimer, Parkinson…) u otras enfermedades como puede ser un tumor.

Pero antes de adentrarnos en este tema con más profundidad, gracias a Imma Ficapal, terapeuta ocupacional del Hospital de Sant Andreu, primero es necesario entender qué es la deglución. La deglución consiste en el paso de la comida o del beber desde la boca hasta el estómago. Es una actividad neuromuscular muy compleja, en la que intervienen más de 50 pares de músculos y nervios. Una alteración en este proceso nos puede provocar disfagia.

Cuando hablamos de disfagia debemos tener siempre muy presente dos términos claves: la eficacia y la seguridad. La primera, porque lo que comemos o bebemos debe ser suficiente para asegurar una buena hidratación y nutrición. A veces, la dificultad para empapar que produce problemas de nutrición o hidratación. Y, por otro lado, la seguridad , ya que la dificultad en empastar puede provocar desnudos que lleven a sufrir broncoaspiraciones e infecciones respiratorias muy graves.

¿Cómo podemos identificar la disfagia?

La disfagia muestra algunos síntomas que permiten la identificación del problema.

  • Tos y desnudos frecuentes.
  • Dificultad al mover la comida en la boca o dificultad en la masticación y la elaboración del bol alimentario.
  • Comer más poco a poco de como lo hacía antes.
  • Dificultad para controlar la saliva, o bien el babeo.
  • Se observa dificultad en empastar o bien, la necesidad de hacerlo en varios intentos.
  • Quedan restos de comida en la boca después de las comidas.
  • Rechazo de algunos alimentos que antes comía correctamente.
  • Pérdida de peso.
  • Infecciones respiratorias de repetición.

Una vez conocemos la existencia de la disfagia, ¿qué se debe hacer?

En este punto, es muy importante que todo el equipo, el usuario y la familia estén informados de qué grado de disfagia sufre y de cómo podemos evitar las complicaciones:

  1. Hay que asegurar que la persona está bien despierta/reactiva y bien sentada cuando se empieza a comer. En caso contrario, estimular a la persona para que esté despierta y pedir ayuda para incorporarla correctamente. Si no nos es posible, posponer la comida.
  2. Evitar las distracciones durante la comida: cerrar la TV, ambiente tranquilo, evitar las prisas durante la comida.
  3. Revisar la boca: que no tenga llagas u hongos, estado de los dientes (que no haya dientes en mal estado que puedan provocar dolor) o que la prótesis dental se ajuste correctamente.
  4. Valorar qué utensilios podemos disponer para que a la persona le sea más fácil y seguro comer o beber: gorro de disfagia o de boca ancha , cubiertos adaptados, servilletas antideslizantes.
  5. Modificar la consistencia de los líquidos y alimentos. Los primeros, asegurándonos de que se pone el espesante si así nos lo han recomendado (hay que poner espesante en todos los líquidos) y en la consistencia prescrita (néctar o púding). En cuanto a los alimentos, se deberá adaptar la consistencia de los alimentos según el grado de disfagia. En este punto, será importante evitar los alimentos con dobles texturas (sopa con pasta o azucar con la leche), los alimentos pegajosos (pan de molde), aquellos que se dispersan por la boca (arroz, legumbres) o los alimentos fibrosos o muchos secos y duros (lechuga, frutos secos).
  6. Después de las comidas, mantener incorporada a la persona unos 20/30 minutos y realizar una cuidadosa higiene bucal para evitar que queden restos de comida.

También es necesario que se realicen ejercicios y técnicas de rehabilitación con el fin de fortalecer la musculatura de la lengua, labios, galletas que favorecerán la mejora o mantenimiento (en función de la causa de origen) de la movilidad orolingual y la deglución.

La disfagia es un trastorno que hay que abordar de manera interdisciplinaria (médico, enfermería, fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, dietista, equipo de cocina…), pero es de vital importancia la implicación y educación sanitaria de los familiares y de la persona que lo sufre con el fin de asegurar una deglución segura y eficaz.

Noticias relacionadas

Actualitat

¡Inscribirse en nuestra newsletter tiene premio!

En Sant Andreu Salut estamos convencidos de que la colaboración con el tejido local es clave para fortalecer los vínculos con la comunidad y generar impacto positivo en nuestro entorno.

Scroll al inicio
Buscar

Descarregar la memòria

Omple el formulari i t’enviarem la memòria de Sant Andreu Salut

"(Obligatorio)" señala los campos obligatorios

Buscar

Descargar la memoria

Rellena el formulario y te enviaremos la memoria de Sant Andreu Salut

"(Obligatorio)" señala los campos obligatorios