La suma de dos entidades sin ánimo de lucro que comparten misión, valores, arraigo y modelo de atención centrada en la persona (ACP). Esta es, resumidamente, la finalidad del memorándum de entendimiento aprobado este miércoles por los patronatos de las fundaciones de Sant Andreu Salut y la Residencia Montblanc de Manresa, que culminará con la fusión de ambas instituciones antes de acabar el semestre. El jueves conocieron la noticia las plantillas de las dos entidades, junto con la garantía de que no se producirá ningún ajuste ni habrá ningún cambio en los respectivos proyectos de futuro.
De hecho, la fusión se produce en un muy buen momento para ambas partes: Sant Andreu Salut, institución que atiende a personas en los ámbitos sociosanitario, de dependencia y social, se encuentra en un momento de grandes inversiones (la nueva Unidad Asistencial Polivalente, elampliación de la Residencia Sant Andreu, el cambio total de imagen de la Fundación y todos los equipamientos, el nuevo San Andrés en Casa) mientras bate cifras récord de usuarios atendidos; la Residencia Montblanc, por otro lado, ha culminado recientemente una remodelación de espacios y tiene por delante la construcción de más de 70 pisos residenciales junto al equipamiento de L’Anònima. La buena salud de las dos fundaciones ha sido clave para ver en este nuevo entendimiento una enorme oportunidad de futuro.
Con esta unión, que no comportará el cambio de denominación de ninguno de los equipamientos, la fundación resultante sumará cerca de 500 profesionales y gestionará más de 580 plazas, 355 de ellas residenciales. A los 16 millones de euros de presupuesto anual de Sant Andreu se suman los más de 2 millones procedentes de Montblanc, y conjuntamente acumulan un patrimonio neto cercano a los 18 millones de euros. En su conjunto, y sin contar el futuro edificio con los pisos residenciales, los equipamientos de ambas partes suman más de 23.500 metros cuadrados de superficie.
La unión hace la fuerza
Las cifras no son tan importantes como el escenario que crean Sant Andreu y Montblanc, abiertas a sumar otras entidades del sector que, por su actividad no lucrativa, su compromiso con el territorio y la orientación hacia la atención centrada en la persona, quieran compartir camino de futuro. Ante la tendencia, en Cataluña y en el conjunto de España, marcada por las concentraciones de grandes corporaciones empresariales y la irrupción de nuevos inversores en el sector, será muy importante que las entidades sin ánimo de lucro del territorio encuentren su forma conjunta de sumar conocimiento y recursos para seguir avanzando e innovando, con el fin de adaptarse a las necesidades de las personas mayores de territorio.
Dos instituciones destinadas a entenderse
Sant Andreu Salut y la Residencia Montblanc siempre han estado muy cerca físicamente, con sus equipamientos a muy pocos metros de distancia, pero también son muy próximos en misión, valores y filosofía de trabajo. Comparten modelos de atención centrada en la persona (ACP) en el ámbito de la dependencia, así como un fuerte arraigo en la ciudad y un compromiso social y cultural con la comarca.
La Residencia Montblanc, formalmente gestionada por la Fundación IBAM (que es la entidad que efectivamente se fusionará con Sant Andreu Salut Fundació), nació en el año 1985 y este 2020 ha superado los 70 profesionales y los 2 millones de euros de presupuesto. Dispone de 90 plazas residenciales (60 de ellas en habitaciones individuales) y 20 de centro de día y tiene el sello europeo de excelencia en gestión EFQM 300+.
La historia de Sant Andreu Salut arranca con la fundación del Hospital de Sant Andreu (1260), el segundo más antiguo de Cataluña. Tiene un presupuesto anual de más de 16 millones de euros y dispone de una plantilla de más de 400 profesionales. Entre su propia Residencia Sant Andreu y las dos que gestiona actualmente (Sant Vicenç de Castellet y Callús), gestiona 265 plazas residenciales, además de las 212 de asistencia en el ámbito sociosanitario (en el Hospital Sant Andreu).
Sin lugar a dudas, la fusión debe poner en valor, aún más, el papel de ambas fundaciones como defensoras de la calidad de atención a las personas y de la gestión por encima de los rendimientos económicos. También debe reforzar su compromiso con el territorio por el hecho de ser entidades del ámbito local, así como la alta especialización en la actividad, ya que se trata de fundaciones únicamente dedicadas a la atención a las personas.
